Nada más bajarme del AVE con Rivero Taravillo, tuve que correr para llegar a la presentación del nuevo libro de Eva Díaz Pérez, y casi sin resuello, a primera hora de la tarde, entrevista con Juan Eslava Galán. Las heridas del pasado, la memoria dolorosa, el drama del exilio, cruzan por los libros de estos tres amigos. A Eslava me ha dado una especial alegría verle, después de una racha difícil en la que tuvo que ser sometido a diálisis y pasar por un calvario que sobrellevó, según me cuenta, escribiendo. En un país en el que todo un Bolaño se nos va esperando un hígado, las cosas de hospitales hay que tomárselas muy en serio. Al de Jaén, por suerte, la salud vuelve a serle favorable, y está hecho un chaval de aspecto y de prosa. Los años del miedo se llama su último trabajo publicado, un repaso a la inmediata posguerra que guarda muchas similitudes con aquel Santos y pecadores que en su día le regalé a mi abuela, en paz descanse, para que reconociera las cosas de sus tiempos, de aquellos tiempos sórdidos. Ella veía las imágenes del hambre, la miseria y la falta de libertad, y se sonreía con la gracia que nos hace reconocer la verdad, pero también estar a salvo de ella, que es una forma como cualquier otra de entender eso de la memoria histórica.
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