Anoche me dieron las tantas acabando el Journal d'un homme trompe de Pierre Drieu La Rochelle. Es la demostración palmaria de que Francia, además de pensar muy bien, ha sabido observar aún mejor. La paradoja simpática es que, en contra de lo que insinúa el título, en estas páginas no hay ningún hombre, ningún personaje engañado: ni les engañan ni se engañan. En todo caso son víctimas u objeto de la infidelidad, y más exactamente de los celos, ese veneno lento que mata más que las balas.
Aún me sorprende que haya gente que defienda los celos como prueba de amor. A mí me ha costado entender que, por muy humanas que sean sus pulsiones, sólo revelan nuestro lado más miserable: humano también, sin duda, pero demasiado pernicioso. Leyendo a Drieu invoqué a un sabio que una vez me confió: "La mayor parte de mi vida la he gastado preocupándome de que mi mujer me fuera fiel. El poco tiempo que me restaba lo invertí en escribir varios libros, patentar inventos, aprender lenguas, cruzar montañas, mares y desiertos, cultivar la amistad y críar a cuatro hijos. Me pregunto qué habría hecho de no sufrir estos malditos celos".
Nota.- Me ha entristecido saber que Drieu no murió envenenado por una amante despechado ni a manos de un marido ultrajado. Fue invitado a suicidarse antes de ser ejecutado por colaboración con los nazis. Un fin prosaico para alguien que aprendió mucho del amor, y de lo otro.
3 comentarios:
De nada sirve malgastar toda una vida
con tanta incertidumbre enfermiza.
Saludos cordiales.
A veces pienso que los celos son como la tos, el mal color en los ojos o la fiebre: síntomas de que algo no funciona, no en nuestra pareja, sino dentro de nosotros mismos. En los anuncios de farmacia los llaman "estados carenciales". El hecho de que sean inevitables no nos exime de combatirlos. Toda medicina preventiva es poca. Gracias por la visita y un abrazo, amigo Ray.
Sufre el que los tiene,y sufre la pareja del que los tiene,porque en el fondo...NADA PUEDE HACER.
Un besito!!!y si bajas a Madrid nos tomamos un cafe,con celos o sin celos.
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