"Si ganas, no es para ponerse tonto, y si pierdes, no es para disgustarse". Uno, que sin ser muy concursero tiene dos o tres premios y ha oficiado como jurado en unos pocos, trata de observar a rajatabla esta idea deportiva de los certámenes literarios patentada por el maestro Fernando Quiñones. Vuelvo sobre ella ante el inminente fallo del Nadal, pero también a propósito de unos concursantes del premio Viaje al Parnaso, que al parecer han detectado irregularidades en el fallo que reconoció a Luis Antonio de Villena como ganador. Me parece muy bien, que impugnen si procede. Por lo visto, incluso quieren elevar al Ministro de Cultura la petición de aplicar un Código de Buenas Prácticas a estas controvertidas convocatorias, así caiga el Planeta, con el objeto de exterminar todo rastro de amiguismo y corrupción. Que la fuerza les acompañe y Changó guíe sus pasos, siempre que se cuiden de caer en aquello que Max Estrella le dijo al Ministro: "Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas y que me das dinero y que lo acepto porque soy un canalla".
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