lunes, 7 de enero de 2008

Eva Díaz Pérez ya es Nadal

Conocí a Eva Díaz Pérez en un remoto FIT de Cádiz, quién se acuerda ya de cuándo. Luego nos hemos seguido viendo a cada nueva edición del Premio de la Crítica Andaluza -ella en el tribunal de narrativa, yo en el de poesía-, y una vez me hube instalado en Sevilla coincidimos a menudo en ruedas de prensa y entrevistas. Una vez, en Madrid, aprovechó una hora libre que nos concedían a los periodistas para visitar una exposición sobre las misiones pedagógicas, y regresó al rato acarreando el corpulento catálogo de la muestra. Nada raro en ella, curiosa insaciable de esa época y en general de la Historia de España, pero sin decir nada todos los presentes sospechamos que Eva estaba urdiendo una novela, y que el AVE de vuelta vendría cargado de documentación valiosa para tal propósito. No andábamos descaminados. Esta noche, aquel proyecto es ya una realidad bendecida como finalista del Nadal. Te toca, Evita, ponerte del otro lado de los micrófonos. Sólo lamento no estar en Barcelona celebrando la noticia con nuestro común José María Bernáldez, pero desde este número nueve, calle de la Amargura, levanto mi taza de té turco hidrosoluble Aladdin para decirte enhorabuena y salud, Eva, salud y República.

1 comentario:

EVA DÍAZ PÉREZ dijo...

Querido Alejandro:
No había visto este comentario tuyo del gran día del Nadal. Tenías razón, ese día en Madrid estaba sumergida en la novela, me escapé a la exposición de Misiones Pedagógicas y paseé por la Gran Vía, donde vivía mi personaje. ¿Recuerdas que almorzamos con la gran Julia uceda en Lhardy? También lo colé en el libro. Gran día aquél...
Con nosotros viajaba Braulio Ortiz, creo recordar, y Bernáldez. Buena pandilla ¿eh?
Por cierto, el otro día soñé con Sicilia. ¿Adivinas quién tiene la culpa?

Besos
Eva Díaz Pérez