martes, 15 de enero de 2008

Enrique del Risco, aché!

Tiempo después de haberse marchado, Enrique del Risco, o Enrisco -como le llamaban- era una pequeña leyenda entre los estudiantes de La Habana, donde seguía viva la llama de su talento y su humor. Cuando lo conocí en Madrid, por mediación de Mané, tenía continuas ocurrencias brillantes y la risa más contagiosa que creo recordar. Enrique se reía de todo, sobre todo de lo serio, y lo hacía con cada célula de su cuerpo: todo él era una convulsión de hilaridad contagiosa. Mientras leía sus brillantes relatos Lágrimas de cocodrilo, ese humor que es exaltación de la inteligencia, lo que los gaditanos llaman guasa cubana, brotaba a cada párrafo como un surtidor.
Nos hemos vuelto a encontrar varias veces, casi siempre en Cádiz: bebimos, hablamos mal de Batista y volvimos a ejercitar la risa. Desde que se fue a vivir a Nueva York, Enrique ha engordado, le han salido envidiables canas, se ha aficionado más a las delicias del trago añejo y a los puros Romeo y Julieta, ha sido padre y le ha pasado por arriba el 11-S. También se ha vuelto más serio, y así lo he notado cuando le he telefoneado para felicitarle por su premio Cortes de Cádiz y entrevistarlo para el periódico. Serio, pero no solemne, me recalca. Yo sé que ni los States ni el viejo Caballo acaban tan fácilmente con algo que no responde a los mecanismos freudianos del chiste, sino a una forma de mirar al mundo y decir "esto está de pinga" con una sonrisa. Felicidades, hermano, estamos deseando leer tu libro y tenerte de nuevo por la Little Havana de tres mil años que tenemos por acá. ¿Alguna marca de ron en especial para celebrarlo?

2 comentarios:

Enrisco dijo...

Nada mas especial necesito que los amigos imprescindibles. Y tu por supuesto uno de ellos. Ya se me hacia demasiado largo el tiempo que no pasaba por Cadiz. Nos vemos por alla. Y mandame tu correo que de momento no lo consigo. El mio: enrisco@aol.com. Abrazotes abrasivos, Enrique

Alejandro Luque dijo...

Allá en tu tierra dicen que no hay de ná, pero por suerte hay muchas palabras -corrígeme si me equivoco-para designar lo mismo: amigo, hermano, socio, ecobio, ambia culiñá, asere, monina, consorte, muleta, nagüe... Ya mismo te estoy escribiendo, otro abrazo volando pa NYC.