miércoles, 5 de noviembre de 2008

Natale Tedesco al vuelo

Volando voy, volando vengo, entre una rueda de prensa y otra saco un minuto para escaparme a una céntrica librería. Tengo el tiempo justo para buscar los Capitanes de la Arena del brasileño Jorge Amado, que me han recomendado con insistencia. Llegar y pegar: en el anaquel de autores hispanos -sabía que estaría allí- lo atrapo de un salto y me dispongo a correr. En esas se me acerca un señor y me pregunta si yo soy el autor de La defensa siciliana y Viaje a la Sicilia con un gúía ciego. Confieso que sí, me felicita y me explica que es profesor de un instituto de Bellavista, que está con sus alumnos de visita a la librería, y me pide, si encontramos algún libro mío, que les haga una dedicatoria colectiva. Cómo no, le digo, todavía creyendo que pueda haber alguna cámara oculta a mi alrededor, y me ofrezco para ir al aula cualquier día, solo o con mi cantautor Juanlu Pineda o con la banda si hace falta, cuando ellos quieran, y hablamos de libros y de lo que encarte. Lo bueno de tener pocos lectores es que puedes dar casi atención personalizada. Mientras les dedico un Viaje, el profesor dice con convicción: "Creo en las casualidades".
Me disculpo, salgo corriendo y atravieso Sierpes en un suspiro. De pronto freno en seco, pues distingo a la profesora Dina Trapassi, siciliana con plaza en la Universidad de Sevilla, junto a Natale Tedesco, gran profesor de Bagheria, descendiente además del ilustre príncipe Gravina que erigió la Villa Palagonia -les remito a mi libro, o en su defecto al Google, pero déjense remitir-, de paseo por el centro de Híspalis. Tedesco era para mí una figura mítica desde que prologó un libro de Leonardo Sciascia, Horas de España, con fotografías de Ferdinando Scianna. Hace tres años vine a verlo a Sevilla, donde daba una conferencia en el Monasterio de la Cartuja, y ese mismo día recibí por teléfono la oferta de dejar Cádiz y venir a trabajar aquí.
Natale me saluda efusivamente y nos emplazamos para intentar vernos más tarde. No sé si va a ser posible, pero encamino mis pasos hacia la Encarnación con una sonrisa y una idea en los labios: yo también creo en las casualidades.

2 comentarios:

Alejandro Luque dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandro Luque dijo...

Una entrevista con Natale:

http://www.mediterraneosur.es/prensa/tedesco_natale.html