Hoy se fallaron los premios de la Crítica Andaluza. Servidor de ustedes, que ha participado como jurado -modalidad de poesía- en unas cuantas ediciones, garantiza que son de lo más limpio y honesto del vasto mapa de los premios españoles. En algunos casos, doy fe, ha habido luchas dialécticas de horas en defensa de uno u otro candidato. Lo importante, y digo mi opinión personal, es que, salvo algún nombre más flojo que el tiempo disolverá, la lista de galardonados a día de hoy es prácticamente intachable.
Este año no estuve en el tribunal, pero sin que nadie me lo pida estaría dispuesto a firmar el acta. Chantal Maillard como poeta, y Julio Manuel de la Rosa como narrador, son dos ganadores más que merecidos. A éste último le debo una especial gratitud, porque aun sin vincularnos amistad alguna votó favorablemente por mi Defensa siciliana en el premio Ateneo y dijo cosas muy halagadoras de mi libro. Un piropo siempre se agradece, pero más viniendo de un escritor que, sin haber gozado nunca de mucho aparataje mediático, ha ido labrando una obra sólida y paciente. El ermitaño del rey es un novelón de los que quedan fuera del alcance de los advenedizos y de los oportunistas. Es el resultado de una larga vida de lectura y escritura, de relectura y de reescritura. Julio Manuel es un enamorado de la Literatura grande, y amor con amor se paga. ¿No es para darle un premio?
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