Uno de mis propósitos de año nuevo es comprar cada mes un cómic. No sólo leerlo, sino comprarlo, rascarme el bolsillo: hacer contribución, ejercer una discreta militancia. El cómic ha sobrevivido heroicamente a innumerables temporales, pero además lo ha hecho mojándose siempre, tomando partido, denunciando lo abyecto del mundo y apoyando las causas justas. Es justo sostenerlo, y necesario volver a él, recuperar su verdad encerrada en bocadillos y viñetas.
Tan decidido estoy a cumplir, que no he querido esperar al mes próximo y ya me he hecho con el primer título de mi nueva colección. Se trata de Brancaccio, tebeo bautizado con el nombre de un duro barrio palermitano que pilla casi de camino del fabuloso Monreale, lo cual vuelve a demostrar que en Sicilia el cielo y el infierno parecen condenados a una estrecha vecindad.
Giovanni di Gregorio y Claudio Stassi, ambos palermitanos, son los artífices de este trabajo elocuente y comprometido. En la misma tendencia de libros como el superventas Gomorra de Roberto Saviano, o Vosotros no sabéis, de Andrea Camilleri, el esfuerzo se dirige a despojar a los rufianes de toda épica y a explicar que la mafia no es sólo un problema de políticos y carabinieri, sino una lepra que se extiende por todas las capas sociales y atañe a todos.
En un texto de Edoardo Zaffuto que remata la edición, encuentro una frase sobre las pequeñas extorsiones de la mafia a comerciantes y empresarios -el tristemente famoso pizzo- que me impacta: "Si un niño no podría soportar la idea de ver a su propio padre humillado por otra persona, cómo podría imaginar ver su dignidad destruida por un mafioso". El chantaje, en efecto, perpetúa ese perverso sistema al tiempo que humilla a quienes, con o sin opción, ceden a él. No es ninguna casualidad, que el cómic, el viejo y entrañable oficio de la viñeta, haya vuelto a tomar sus armas contra la ignominia.
P.S.- Los habituales de este blog saben que no suelo hacer propaganda, pero esta vez la ocasión lo merece. Zaffuto es uno de los impulsores de la plataforma Addio Pizzo (Adiós al pizzo), que pretende luchar contra los impuestos mafiosos y defender a los comerciantes que no pasan por el aro. Recomiendo una visita a su página, http://www.addiopizzo.org/, y, si procede, dejar al menos una firmita de apoyo.
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