domingo, 17 de agosto de 2008

L.A. (I) Estanis en Sunset Bvd.

Estanis llegó a L.A. cuando tenía 17 años. Su primer destino fue la casa de unos amigos de su hermano en Palos Verdes, pero estaba frito por saltar a Hollywood, donde entonces se estaba cociendo una nueva forma de hacer rock. Sin embargo, no le dejaban entrar en los clubes -la edad mínima permitida son 21 años-, de modo que se hizo roadie para estar cerca de los grupos y poder acceder a los pequeños templos de la música de Sunset Boulevard.
Allí nos citamos. Estanis ha dejado de beber y yo de fumar, por lo que hacemos un tándem bastante virtuoso. Se le ilumina la mirada al recordar que su primer destino fue el Key Club, que entonces tenía otro nombre y estaba, como toda la zona, bajo influencia italiana. Allí empezó a vivir el ambiente angelino, pudo verlos y oírlos a todos en directo, se empapó de rock californiano, se lo bebió todo.
Aquella época pasó, tiró para México, fue manager de Los Fabulosos Cadillacs y de Titan, que se hicieron populares con una canción en la BSO de Amores Perros. Se echó novia mexicana, la bella Maggie, que fue chica Playboy en la edición española de la revista (su propia suegra me telefoneó para contármelo y urgirme a ir al kiosko). Tras el 11-S, Estanis y Maggie decidieron que no era un buen momento para vivir en Estados Unidos, y esa idea coincidió con una oferta de trabajo para el sello discográfico Pachá, en Ibiza. "Tres años a un ritmo muy loco", recuerda.
Ahora Estanis, retornado a Los Angeles, prepara un proyecto ambicioso para televisión. Mientras tanto, cuando necesita dinero hace un poco de todo: un día vende camisetas en Sunset Boulevard, otro vuelve a hacer de roadie, hace pequeños papeles en culebrones latinos o doblajes de películas al español. Y entre unas cosas y otras, este tipo entrañable que lo sabe todo sobre pop, rock, electrónica y lo que le echen sueña con sacar adelante su propio grupo, una banda de guitarras directas y callejeras que ha bautizado como La Hostia.

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