viernes, 11 de mayo de 2012

Vilas es "gran"


Un año más, empiezo la consabida serie de entrevistas breves a escritores invitados a la Feria del Libro de Sevilla. El primero en la frente: Manuel Vilas, uno de los poetas actuales que más me interesan, tipo inteligente y divertido, pero sobre todo -y aunque no lo parezca- sensible.

Me pidieron que lo presentara cuando vino a Sevilla con 'Aire nuestro', y aunque me hacía mucha ilusión, sugerí que fuera José María Conget el maestro de ceremonias. Yo me sentí mejor persona y Vilas salió ganando, porque los aragoneses se acompañan a sí mismos mejor que cualquier otro grupo étnico. Más tarde me pidió la foto que le hizo Antoñito Acedo en el bar del hotel Plaza de Armas. Aparecía reflejado en la barra, desdoblado como el comodín de los naipes.

Cuando volvió para presentar 'Los inmortales', su última novela, quise sorprenderle llevándole un ejemplar de su libro 'El mal gobierno', de hace 20 años, cuando aún no gastaba chupa de cuero, sino corbata y chaqueta: "Mira lo que parecía", se emocionó viendo su foto de solapa. "Parecía... parecía un maricón".

Ahora acaba de sacar poemario nuevo, 'Gran Vilas', y aunque lo tengo recién empezado, ya gozo. Vilas es gran. Ayer le hice una entrevista telefónica desde un tren de media distancia. Esto es lo que le oí, en medio de los traqueteos y los avisos tipo 'Next station, Marchena...'     

–Titula su nuevo libro ‘Gran Vilas’. ¿Qué deja para la crítica?

–Bueno, es una provocación, y espero que el lector la acepte. Es un ofrecimiento de la identidad del escritor como recinto para celebrar la vida.

–Sus poemas cuentan historias, y algunos pasajes de sus novelas derrochan lirismo. ¿Su piscoanalista qué opina?

–Mi piscoanalista no lee literatura, lo que tal vez explica que de momento no haya querido ingresarme en ningún sanatorio. Algún día tendrá que ocurrir.

–Dedicó un poema a la boda de la Infanta. ¿Y a Urdangarin?

–Urdangarin no da para nada, porque es vulgar. en este país hay mucho republicano, pero si buscas un símbolo que lo represente, ése es Juan Carlos. Urdangarin no tiene esa altura, es tan vulgar como la clase política española.

–El Rey aparece en su novela Los inmortales. ¿Ha estado desaprovechada la monarquía?

–Totalmente, es como si no nos interesara este país, reflexionar sobre lo que somos, cosa inimaginable en Francia o Inglaterra.

–La Generación Nocilla le considera un hermano mayor. ¿Asume el parentesco?

–No soy tan mayor, ¿eh? En todo caso, un poco más alto que la mayoría. Agustín [Fernández Mallo] me saca sólo dos dedos. Pero en las ganas de pasarlo bien nos encontramos todos.

–¿Lo más loco que le ha ocurrido en una Feria del Libro?

–Un señor quería que le firmara un libro de Vizcaíno Casas. De nada sirvió decirle que yo no era quien buscaba. Tuve que firmárselo, “con cariño, etc”. Ahí comprendí que las identidades son líquidas y escurridizas.

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