viernes, 18 de mayo de 2012

Todoterreno Care Santos


Me quedé con las ganas de saludar en persona a Care Santos. Escritora todoterreno, madre de familia numerosa, tiene como aliado a Dioni Olmedo, su santo esposo, al que las letras españolas deberían tributar alguna vez un reconocimiento, por su apoyo incondicional a Care y por su trabajo en La Tormenta en un Vaso, el primer blog de crítica que me invitó a colaborar. Care ha hecho de todo, desde novelones de 600 páginas a novelas con banda sonora o con pulsera incluida, pasando por tratados de vida moderna para mujeres. Una vez la vi en una foto promocional echando rayos por las manos, en plan Goku. Yo estoy convencido de que no eran rayos, sino palabras.  
 
–Virginia Woolf pedía una habitación propia para escribir. ¿Qué pide usted?

–Lo mismo, más un poco de tiempo, más los niños de excursión.

–La han hecho socia honorífica de una asociación de autores de terror. ¿Hay mucho corredor de bolsa en sus filas?

–La verdad es que no los conozco muy bien, pero estoy de acuerdo: el terror, en este momento, es el Telediario.

–Ha escrito en castellano y en catalá. ¿En qué lengua maldice cuando se da un martillazo en el dedo por accidente?

–Cuando regaño a mis hijos, lo hago en catalán. Y si me enfado conmigo misma, lo hago a veces en castellano y a veces en catalán. También si hablo en sueños soy bilingüe.

–Ha escrito para niños, jóvenes y adultos. ¿Cuál de esos públicos es más ingrato?

–No ingrato, pero el más feroz, el que te recuerda la coma que falta y te subraya el personaje que no le ha gustado, es el de los adolescentes, son jueces implacables. Los niños y los adultos son más indulgentes.

–Impulsó usted el blog La Tormenta en un Vaso. ¿Internet ha hecho lectores?

–Yo nunca creí que fuera una amenaza, y en efecto ha dado vida a muchas cosas, como el género epistolar. Ha forzado a leer incluso a quienes no leían nunca.

–Recientemente hizo una mudanza. ¿Cuántas veces se dijo que es mejor tener los libros en digital?

–Pues ni siquiera entonces, con los 10.000 volúmenes, se me ocurrió. Sigo queriendo el papel. Pero también espero no mudarme nunca más.

No hay comentarios: