jueves, 16 de octubre de 2008

Barcelona (II) Malta en los Planeta

En adelante, cada vez que vaya a cubrir un premio, me temo que va a ser imprescindible para mí el recuerdo de José María Bernáldez, síntesis perfecta de erudición y buen humor que, sobre todo en este tipo de eventos, tenía la costumbre de salirse de la tabla. En la cena de los Planeta de anoche no me lo saqué de la cabeza, y a la hora de chocar las copas el brindis unánime fue en su honor. Y así debe ser en todas las cenas, mientras su recuerdo nos acompañe, nos indique el buen camino y nos siga provocando risas la llama viva de su anecdotario.
Aunque no hay consuelo para esa pérdida, me gustó tener ayer al lado en la mesa a Guillermo Busutil, escritor y director a la sazón de la revista Mercurio, con quien charlé largo y tendido sobre la isla de Malta. Sí, señor, han leído bien. Malta, tan chica, medio invisible en el mapa del Mediterráneo, da para mucho. Eso aunque las cosas por las que se la conoce no sean en realidad propias de Malta. Me explico. El halcón maltés, por ejemplo, era en realidad siciliano, como una puede comprobar releyendo las aventuras de Sam Spade en la novela de Hammet. El whisky de malta no es originario de la isla, por más que un compañero se empeñara una vez en que yo le trajera una botella de auténtico whisky made in Malta: la encontré, por supuesto, pero estaba malo con avaricia. El Corto Maltés del dibujante Hugo Pratt sí que nació en La Valetta, pero como todo el mundo sabe era hijo de un marino británico y de una singular Niña de Gibraltar nacida en Sevilla.
Quién sí es maltés de pura cepa, y no me miren así, es Guillermo Busutil. Como lo oyen. Busutil -apellido materno- procede de La Valetta, y lleva años rastreando la historia de su familia para escribir un novelón. Yo le animo a ello, porque el borrador que me contó no tiene desperdicio. Una saga que va de la cercana isla de Gozo, formidable rompiente de olas legendarias donde Calipso trató de retener en vano a Ulises [yo visité su cueva, o lo que dicen que es su cueva, tan diferente de mi amado cuadro de Boecklin] hasta el futbolista que metió el único gol maltés en el no menos mítico 12-1 contra España, un primo suyo llamado precisamente Busuttil.
Ánimo a Guillermo para que escriba esa historia, no sólo por su familia, que ha depositado sobre él tamaña responsabilidad, y por nosotros, los lectores curiosos, sino por la propia isla de Malta, huérfana de tradición literaria propia, tal vez por tener una lengua autóctona dificilísima y una tan abusiva como literariamente estéril presencia del inglés. ¡Fuerza y tinta, amigo!

2 comentarios:

Ilya U. Topper dijo...

Tiene deliiiiiiiiiiito lo de tu colega (y no fui yo, aclaro desde aquí que yo sólo bebo ron o, en ocasiones, ginebra): la malta de la que se hace el whisky de malta carece de mayúscula y se remite no a un atlas mediterráneo sino a una definición prosáico del D.R.A.E.: "cebada que, germinada artificialmente y tostada, se emplea en la fabricación de la cerveza". Pedir que sea de Malta es como empeñarse en la barra que el camarero llame a una familiar de avanzada edad para que te ponga un tía maría.

(PD: ¿Malta huérfana de literatura? Wikipedia no estaria de acuerdo: http://en.wikipedia.org/wiki/Maltese_literature
Igual lo que pasa es que no está traducido fuera de la isla. Y el idioma no creo que sea complicado. Es un árabe muy normalito.)

Alejandro Luque dijo...

Toda la razón, amigo Iván, y hay quien se resiste a pedir un Cuba Libre aduciendo que eso es una mentira. En cuanto a lo del idioma maltés, tú sabrás: para algo te traje un diccionario inglés-maltés, y no una botella alcohólica. A ver si nos traduces a esos escritores malteses que dice la wikipedia, algunos con nombres tan sugestivos y desconocidos como Ninu Cremona,Dun Karm Psaila, Trevor Zhara o Pietru Caxaro.