viernes, 17 de octubre de 2008

Barcelona (IV) Casa Tusquets

Si alguna vez me convencen de que este mundo está definitivamente envilecido, abandonado a la mezquindad, la estupidez y la mala uva, prometo hacer una última peregrinación a la carrera Cesare Cantù, 8, en Barcelona, en busca de la última prueba que lo desmienta. Allí, en esa especie de Villa Adriana repleta de libros de lomo negro -pero negro esperanza, como se dice de ciertos verdes-, quiero yo encontrarme con Delia y Natalia, tándem tan aliterado en los nombres como competente y encantador dentro y fuera de su faena cotidiana. Si están allí, habrá un rayito de luz en medio del compacto escuadrón de las sombras, que diría Valente.
Los visitantes habituales de estas Raíces y Puntas saben que no suelo mencionar nombres de editoriales, pero en las últimas entradas he dado involuntariamente dos. Nada me importa reincidir por tercera vez para referirme a Tusquets, esa editorial en la que todos querríamos publicar, y no sólo por estar en el mismo catálogo que Sciascia, Kundera, Michaux, Irving, Updike, Murakami o Jünger, sino también por desayunar algún día en calidad de prota en ese jardín fabuloso y, sobre todo, porque Delia y Natalia te lleven las cosas de prensa en la Ciudad Condal.
Con ellas tuve ayer gratísimo almuerzo para celebrar, entre otras cosas, su reciente premio Nobel. Me refiero, como es obvio, al de LeClèzio, pero como ese señor era casi desconocido hasta anteayer, yo prefiero alegrarme por Beatriz de Moura, gran editora y alma mater de Tusquets, y por supuesto también por Delia y Natalia, cuya abnegada tarea hace esta profesión de escribir sobre libros mucho más hermosa. Porque LeClèzio está muy bien, sí, pero ellas se han ganado a pulso otro máximo reconocimiento: el que caprichosamente otorga esa pequeña Academia Sueca que todos llevamos en nuestro corazón.

Nota.- Hablando de premios Nobel, voy a perderme las charlas de Gao Xingjian y Coetzee, que la semana próxima vendrán a Barcelona para participar en un festival cuya figura más esperada será, no obstante, Lou Reed. ¡To los gustos no te los puedes dar!

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