lunes, 24 de agosto de 2009

Teselas griegas (X) Adiós, Creta

Se acerca el momento de despedirse de Creta, pero antes habra que rodar un poco mas: una visita a la rocosa playa de Ravdoucha, donde el temporal no nos permitira bagnarnos, pero si probar un delicioso pescado; un salto rapido a Malaxa, donde nos dijeron que podriamos probar un queso de cabra muy fuerte y denso conocido como staka, pero que encontramos las calles desiertas como las de un poblado fantasma; un maravilloso chapuzon mas -esta vez si- en la zona de Katahas, al otro lado de la peninsula de Rodopou, donde bucearemos entre preciosos peces aguja, brillantes doradas, erizos abundantes y bancos de pececillos diminutos que brillan como moneditas de oro bajo la superficie. Alli degustaremos un rico bouleki -pastel de calabacin- y nos defraudara la retsina, un vino blanco con fuerte sabor a tierra y escaso poder refrescante.
Cuando llegamos a Chania para devolver el coche, la ciudad era un hervidero de turistas comprando chucherias compulsivamente. Yo no queria marcharme sin visitar el viejo mercado, pero me lleve una nueva decepcion al comprobar que los clasicos puestos de quesos y carnes han sido desplazados casi por completo por tiendas de pulseritas, imanes de nevera y kombolois, esa especie de rosarios griegos hechos con piedras de diversa calidad muy utiles, dicen, como tratamiento antiestres.
Entre unas cosas y otras, se nos echa la hora encima y hay mas gente que taxis en la parada. Nuestra suerte es que en Grecia (como en buena parte del Mediterraneo) los taxis se "rellenan" segun se puede, y a nosotros nos permiten subir a uno que acaba de coger una viejita. El chofer pregunta a que hora sale nuestro barco, hace sus calculos y pone su auto a 120 por calles en las que puede cruzarse cualquiera. Deja a la anciana en una esquina convenida y enfila el camino al puerto de Souda dejandose poseer por su espiritu de guia turistico frustrado, resumiendonos en apenas doce minutos todas las maravillas de la isla: que si esta fue la primera civilizacion, que si de aqui salieron las primersa monedas, la matematica, el pensamiento, la astronomia... Que si Minos, que si Europa, que si Zeus... Parecia imposible conducir a esa velocidad y mantener el discurso, pero nos deja a las puertas de nuestro buque con diez minutos de antelacion y la leccion recitada.
Me conmueve el orgullo del taxista, pero me temo que Creta ha sido muy abandonada por todos, empezando por los propios cretenses. Seguramente no hemos venido en la mejor epoca, y sin duda son muchas las maravillas que no hemos alcanzado a contemplar en nuestro breve paseo, pero esa idea se ha hecho demasiado fuerte y vuelve ahora, cuando subimos a cubierta para despedirnos de esta tierra hasta quien sabe cuando. Una isla donde la gente ha debido llevar una vida bastante dura mereceria mejor suerte, pero la sensacion general es que es mucho lo que ha quedado en el camino, mas que nada en sus ciudades, la mayoria sin color ni sabor, pero sobre todo sin memoria. Pero es cierta que Creta ha sido mucha Creta: no hay ninguna razon para no confiar en que vuelva a lucir algun dia los esplendores de antagno.

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