domingo, 23 de agosto de 2009

Teselas griegas (IX) Un baño en Elafonisi

Llega la hora de ejercer de catadores de playas como dios manda, porque hasta ahora no podemos decir que nos hayamos lucido en ese aspecto. Nuestra primera eleccion es Elafonisi, al suroeste: no lejos de Kissamos, salvo por el hecho de que bajamos por la carretera antigua, estrecha y muy sinuosa, que ofrece vistas vertiginosas del mar y los valles del interior; por suerte, el trafico es escaso.
Algo mas tardamos en llegar, y encontramos la playa asediada de coches y autocares. Pero el espacio es tan vasto que no se percibe la masificacion. Elafonisi es un sistema de piscinas de aguas verdeazules y diafanas, como pueden ser las mejores del Caribe, rodeadas de abundantes arenas rubias y salpicadas de islotes. Encontramos un espacio de sombra, pues es fuego lo que cae de alla arriba, y nos damos un par de buenos bagnos contentos de que haya fauna marina que ver bajo la superficie.
A la vuelta, esta vez por la carretera moderna, cruzamos por un monton de pueblos que son apenas cuatro casas, a lo sumo algun cafetin con un pugnado de parroquianos viendo el tiempo correr desde sus sillas impavidas, o alguna mujer con su par de churumbeles alumbrando la esperanza de que un coche se detenga para comprarle un tarro de miel. Acabaremos el dia playero en Falasarna, azotada a ultima hora de la tarde por un oleaje que desaconseja internarse demasiado en el mar. Por otro lado, tampoco hay demasiado que ver en el fondo. Algunos pececillos amistosos y poco mas. "Bucear en Creta?", recuerdo que se sorprendio Giorgos. "No vais a ver nada. Alli pescan con dinamita".

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