jueves, 8 de enero de 2009

Juan Ramón, Sevilla, los jefes

Mi jefa Amalia Bulnes suele hacerme, medio en broma medio en serio, dos reproches justificados. Uno es que no la miente nunca en este blog. El otro, que después de tres años viviendo en Sevilla, aún desconozca miles de cosas, rincones de la ciudad, lugares secretos relacionados con los grandes poetas hispalenses. A lo primero le estoy poniendo remedio en este momento; lo segundo me parece una tarea que requiere más paciencia y más esfuerzo. Sólo con Bécquer, los hermanos Machado y Cernuda, ya tengo para un rato, pero como dicen los anglosajones, I will do my best.
Hoy, sin ir más lejos, me ha enviado la Bulnes a entrevistar a Rocío Fernández Berrocal, una profesora que ha dedicado su tesis a desmigar minuciosamente el vínculo del Nobel de Moguer con la capital de Guadalquivir, que fue intensa y prolongada, como los amores verdaderos. Ya dije por ahí que no me considero demasiado juanramoniano, pero conforme iba discurriendo la conversación he recordado cosas que me unen mucho al viejo Juan Ramón. Por ejemplo, las visitas de veranos en Cádiz con Mercedes Juliá, gran especialista en la materia y autora de una gran edición de Espacio, con su marido, el poeta Carlos Jiménez. O aquello que contaba Quiñones, cuando JRJ les enviaba dinero desde Puerto Rico para sostener la revista Platero, y como la tenían ya pagada se lo gastaban todo en ir a los toros y en vinillos, lo que por lo visto hacía mucha gracia al mecenas.
Me ha agradado mucho saber que los primeros poemas que publicó el buen hombre en Sevilla aparecieron precisamente en El Correo de Andalucía, rotativo humilde donde un servidor rinde, y por donde a lo largo de ciento y pico años han pasado tantas plumas talentosas que, el día que alguien se proponga antologarlas y separar el grano de la paja, puede salir un volumen de quitarse el sombrero.
De vuelta a casa he recordado también un episodio tragicómico. Hace años conocí a cierto redactor jefe al que costaba mucho venderle propuestas para Cultura, pues siempre estábamos bajo sospecha de promocionar a amigos nuestros -sólo por ser nuestros amigos, se entiende. El momento culminante de aquella obsesión, según me cuentan fuentes fidedignas, fue una vez que recibió la pieza de un corresponsal que suscitó un terrible golpetazo en la mesa y un clamor:
-¡Hasta aquí hemos llegado! ¿No digo yo que estos nos venden a sus amigos? La memoria de Juan Ramón. ¡Es que ya hasta lo llaman por su nombre de pila, por la cara!

10 comentarios:

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Pues saludos a Amalia, que me estará leyendo. En cuanto al libro de Rocío no puedo sino recomendarlo: demuestra que completísimo no es sinónimo de farragoso. Y para ti un abrazo.

Falete dijo...

Y por cierto, ya que estamos todos y por si te la perdiste, como guía de la Sevilla de Cernuda, ésta me pareció de las de guardar y seguir pasito a pasito:
www.elpais.com/especial/viajero/andalucia/escapadas-invernales/cernuda-sevilla.html

Me_llaman_coko dijo...

Mi jefa Amalia Bulnes....... ya era hora de que la mencionaras!!!!!1

Un saludooooo

Alejandro Luque dijo...

Querido Antonio, completamente de acuerdo. Además Rocío es una señora encantadora. Y Amalia, y Amalia, of course. :-)

Alejandro Luque dijo...

Querido Faleta, tiene gracia que recomiendes una pieza firmada por el señor que te precede, nuestro querido Taravillo. Por cierto, no dejen de visitar su blog, abrazos!

Alejandro Luque dijo...

Pues sí, querido Coko. A veces la gente que tenemos más cerca es de la que menos hablamos´, y los árboles no nos dejan ver el bosque. ¿Cuándo vienes a hacernos una visita? Abrazos!

Falete dijo...

Cierto, entré a los comentarios con la intención de recomendarte ese reportaje, que da ganas de viajar a Sevilla con él en la mochila (y lo haré). Cuando le vi por aquí pensé, pues eso, que ya estamos todos.
Desde luego yo visito su blog. Y con mucho provecho :)

Alejandro Luque dijo...

Pues no deje de venir a la Sevilla cernudiana sin avisar a los amigos, querido Faleta, ¡un abrazo!

Me_llaman_coko dijo...

Pues en breve me pasaré por allí... cuando encuentre un hueco, q es complicado...

Un saludoo

Alejandro Luque dijo...

No te preocupes, sabes que por mucho tiempo que pase no nos moveremos de allí... Y tal y como está la cosa, mejor que así sea!!!