sábado, 9 de febrero de 2008

Juan Villoro está de madres

Anoche me dieron las mil acabándome Los culpables. En la obra de Juan Villoro, no sé cómo lo hace, el último libro siempre es el mejor. He leído con atención y disfrute sus novelas, sus cuentos y sus ensayos, incluso un libro -Dios es redondo- sobre algo que merece mi más franca indiferencia, el fútbol, con un entusiasmo insólito. El mexicano puede escribir sobre cualquier cosa, ya sea una entrevista con Mick Jagger o un cuento para niños, y sabe cómo hacer buena ebanistería de cualquier tronco pelado. Discípulo aventajado de Monterroso, tiene una mirada incisiva sobre todo cuanto le rodea y una mano privilegiada para el lenguaje. A veces, da la sensación de contenerse, de que sus ideas y su capacidad para expresarlas fueran mucho más allá de lo que nos cuenta, pero que prefiere reprimirse para no apabullarnos.
En persona, Villoro despliega un humor permanente, pero sin chistes chocarreros. Lo suyo son dardos inteligentes derechitos al cogollo de las cosas. He podido disfrutar de su compañía en cuatro ocasiones, que yo recuerde, y me han deslumbrado sus observaciones agudas, su tamaño de lector -en diez minutos logró desmontarme la Diana de Carlos Fuentes, que tanto me gustaba-, pero también su cortesía y su generosidad. Cuando dedicamos un número de Caleta a la literatura mexicana, yo no me atreví a pedirle un texto, pero le escribí solicitando autorización para reproducir uno muy bueno que había leído en El Malpensante. A los tres días recibí su respuesta con un texto nuevo, aún mejor que aquél, ¿no es para comérselo con papas?
La última vez que estuvo por Cádiz le prometí que le enviaría un ejemplar de Belle de jour, de Kessel. No sé por qué, pensé que le gustaría. Aún no le hice el envío: ya me vale. Cualquier día recibo un mail lleno de reproches. De Joseph Kessel, seguro.

2 comentarios:

ángel dijo...

ha sido un gustazo descubir tu espacio. Tengo un buen rato recorriendo tu prosa, y me detengo en este texto tuyo sobre un autor de mi país al que leo y admiro. Muy bueno, como lo demás que escribes.


Saludos...

Alejandro Luque dijo...

Feliz coincidencia, amigo Ángel, porque soy un fervoroso admirador del desnudo artístico y gracias a tu blog he descubierto un montón de trabajos que no conocía, magníficos todos. Que sigamos visitándonos, un abrazo agradecido.