sábado, 2 de febrero de 2008

Cádiz Información re-revisited

Las situaciones extremas crean lazos muy especiales entre quienes las padecen. De acuerdo, no puedo comparar la mala vida del periodismo con una guerra o un cautiverio, aunque a menudo usemos términos afines a estos trances para hablar de nuestra faena cotidiana. Los tres años que pasé en el Cádiz Información fueron quizá los más sacrificados de mi currículo, y probablemente los más duros también para mis compañeros de entonces. Pero cuando recordamos aquella casa de locos de la calle Ancha sentimos la caricia de una rara melancolía, una nostalgia medio masoquista que invariablemente nos deja en vilo entre la carcajada y el llanto.
Esta semana, tres sucesos me han devuelto la memoria de todo aquello. Primero, Pepe Landi, hoy en La Voz de Cádiz, me envía un mensaje para anunciar que ha sido padre por segunda vez, y desde aquí brindo por ese italianísimo Mario Landi Fopiani que ha recibido su primer beso de luz en Cai, que es Génova con más salero.
Al día siguiente me sorprendo reconociendo a Carmen Jiménez, la teniente O'Neill más brillante que ha habido entre los plumillas gaditas, debutando como novelista laureada -¡nada menos que el Café Gijón!- con su obra Madre mía que están en los infiernos, en la cual pienso zambullirme cuanto antes.
Y mañana mismo se dará un baño de multitudes como pregonero del Carnaval gaditano Antonio Martínez Ares, que ya era un ídolo de la comparsa cuando compartíamos mesa y desespero en la redacción. Enhorabuena a los tres, cada uno en lo suyo. Que volvamos a vernos pronto, muy pronto, preferiblemente sin teclados ni impresoras cerca, y sin hora de cierre.
Nota.- Otros cadinformados de aquellos maravillosos años que tomaron su camino: Rafa Marchante en Reuters, Miguel Ángel Morenatti en el As, Emilio Morenatti en Associated Press, Jorge Zapata en Efe, Eduardo Ruiz en El País; Fernando Ruso, Elenita Mengual y Vanessa en El Mundo; Ilya U. Topper en La Clave; Melchor Mateo y Jose Sánchez Reyes en Diario de Cádiz; Brenda Chávez en Vanidad, Vogue y El País... Sí, quién sabe, tal vez no fuera tan mala aquella temporada en el infierno.

No hay comentarios: