martes, 27 de octubre de 2009

De repente, Roman Polanski

Fueron sólo unos segundos. Un gorila le abrió la puerta de aquel garito y salió escoltado por dos rubias -ese tipo de polaca intachable, de ojos azulísimos, largas piernas y cabellera flamígera- mucho más altas que él. Yo subía en ese momento los pocos escalones de acceso al pub y me quedé congelado. Ni siquiera pudimos cruzar miradas, porque parecía mirar a todas partes sin fijarse realmente en nada. Un coche negro frenó en la puerta y lo engulló. También a las rubias.
Ahora dicen que está preso, que la cagó a base de bien hace 30 años. Creo que debería haber dado la cara antes, creo que no hay que esperar a que pasen 30 años de nada. Creo que la fama es una losa y el corporativismo mal entendido una actitud peligrosa. Como se dice en el cine, el tipo está metido en un buen lío. Como se dice en el cine, no quisiera verme en su pellejo.
Lo veo en las fotos de la prensa y recuerdo con intensidad aquella noche. Mi plan era pasar unos días en Varsovia solo, como primera escala para conocer algo del país. En el avión conocí a un chico muy simpático, de Alcalá de Henares, que viajaba para hacer un curso avanzado de polaco. En su localidad la población polaca supera los 4.000 habitantes, y según me confesó había empezado a estudiar su lengua como todos, para ligar. No sé si mucho éxito, pero un nivelizado sí tenía.
Como él también estaba solo, me invitó a dar una vuelta al anochecer. Tradujo amablemente la carta del restaurante y me condujo por los locales diseminados a la espalda de Nowy Swiat, llenos de gente guapa. A la entrada de uno de ellos se produjo el encuentro con el personaje en cuestión. A mí me hizo mucha gracia, porque no hay mucha gente que se encuentre con Almodóvar en su primera noche en Madrid, ni con Woody Allen en su primera noche en Manhattan.
-¿Quién es? - preguntó mi amigo al ver mi expresión de sorpresa.
-Nadie -respondí-. Alguien que hace películas.

1 comentario:

Daniel Ruiz García dijo...

Muy bueno el texto, y muy afortunado tú, vaya.

Un abrazo, te leo,