miércoles, 12 de noviembre de 2008

En la Casa de la Bombilla Verde

De no ser por la visita de Saviano a Sevilla, donde yo tendría que haber estado es en San José del Valle, antigua pedanía de Jerez y hoy flamante villa independiente, donde el viernes se inauguraba La Casa de la Bombilla Verde, un encuentro permanente de cantautores que quiere brindar música en directo cada mes, allí donde nunca la ha habido con regularidad. Merche Corisco, artistaza reconocida, fue la encargada de dar el primer concierto, y según me cuentan aquello fue como el maná cayendo sobre el pueblo de Israel. A la gente le encantó porque, en contra de lo que a veces quieran meternos en la cabeza, a la gente le gusta lo bueno. En los próximos meses habrá más: Kino Maján, Antílopez, Alejo Martínez, José Antonio Delgado, Fran Fernández... Y en junio, un fin de semana especial con Javier Ruibal y Habana Abierta, entre otros. ¿Quién se resiste?
El invento, organizado por mi querido Juan Luis Pineda con mi apoyo incondicional, recibe su nombre de aquel Monólogo de Silvio Rodríguez en el que un viejo músico se acerca a unos chavales -"Vi luz en las ventanas/ y oí voces cantando..."- y empieza a recordar sus andanzas guitarra en ristre. Casa de encuentros, casa de jóvenes y veteranos. Casa de canciones. Ojalá que, desde hoy, nadie en el pueblo deje de ser consciente de que la música es un alimento de primera necesidad. Que la exija como exigiría el pan, el agua y la luz. Así queremos que sea la Casa de la Bombilla Verde: la única, tal y como está el mercado inmobiliario, que vale más de lo que cuesta.

2 comentarios:

Antonio García Villarán dijo...

Mucha suerte para Juan Luis Pineda y su maravilloso ciclo de música. Hacen falta muchas iniciativas como la suya.
Un abrazo para ti, que nos dejastes a todos extasiados con tu poesía y tu manera de recitarla.
Por favor, queremos más.

Alejandro Luque dijo...

Pues ahí seguiremos, amigo, hasta que el cuerpo y la fantasía aguanten. Espero que nos veamos todos en febrero en la Perfo, y en junio bajo la Bombilla, abrazos!